De Ded Moroz a Sinterklass
Al buen espectador…
Tamara Almazán
Del latín tardío nativĭtas, -ātis “nacimiento”, en el mundo cristiano, se trata de la festividad anual en la que se conmemora el nacimiento de Jesucristo. Frente a esto, estudiosos se inclinan por el origen de ésta en “Saturnalia”, celebración romana dedicada a Saturno (dios del tiempo y la agricultura) en la que tenían lugar cultos agrarios y el intercambio de regalos, incluso: “las Saturnales culminaban el 25 de diciembre con celebración del Sol Invictus, el astro invencible, cuando los días, de nuevo, comenzaban a alargarse y la luz vencía a la oscuridad”, dice el periodista Guillermo Altares.
En el cristianismo, los personajes más representativos de esta época han sido los Reyes Magos, de origen bíblico, y Santa Claus, en cuya historia ahondaremos más adelante, pero existen otras figuras de acuerdo con la historia y el contexto de cada nación en la que se celebra.

Ded Moroz (via Wikimedia)
Ded Moroz
El “Abuelo Frío” o “El Abuelo del Invierno”, entre otras variaciones, llega a países como Rusia, Bulgaria y Serbia, ayudado por su nieta Snegurochka, para entregar regalos en la víspera de Año Nuevo.
Los orígenes de Ded Moroz se remontan a la mitología eslava. Frost o Morozko era conocido como un demonio de nieve, para algunos, y un poderoso ser, para otros. En el folclor popular, Morozko secuestraba niños a cambio de regalos. Esta imagen cruel sería transformada, bajo la influencia de la Iglesia Ortodoxa y la literatura, en una figura mágica que ofrecería obsequios.
Después de la Revolución Rusa comenzó una campaña en contra de religión y supersticiones, a tal grado que, en 1928, Ded Moroz y el árbol de año nuevo fueron prohibidos. Siete años después, Joseph Stalin, líder de la unión soviética, restauraría la tradición.
La Befana
La Befana (de Epifanía) es quien lleva regalos a los niños italianos la noche del 5 de enero.
La leyenda dice que, durante la travesía de los tres magos que conocemos, una anciana los detuvo preguntándoles su rumbo, los tres reyes respondieron que seguían la estrella que los llevaría al recién nacido. Al invitarla a acompañarlos, la anciana, con escoba en mano, rechazó la invitación argumentando que estaba ocupada barriendo y limpiando.
Al darse cuenta de que el bebé era el Redentor que todo el mundo había estado esperando, su pesar fue tan grande que sigue vagando por Italia en la Epifanía, recompensando a los niños “buenos” con los regalos que no entregó al Niño Jesús. Por supuesto, hay algunas variaciones de esta historia.

Krampus (via Wikimedia)
Sinterklass
También llamado “Sint-Nicolaas” en holandés y “Saint Nicolas” en francés, encuentra su origen en el obispo San Nicolás que vivió hacia el siglo IV en Myra (hoy Turquía) cuya santidad fue reconocida, entre otras cosas, por sus regalos a las familias pobres de la ciudad.
En 1807, la mitad de sus restos fue transportada a Bari (en ese entonces ciudad española), por lo que, de acuerdo con la tradición, Sinterklass llega de España cada 5 de diciembre (en los Países Bajos) y en la mañana del 6 de diciembre (en Bélgica) junto a Zwarte Pieten, un ayudante negro que representaría a un morisco.
Santa Claus
La figura que conocemos actualmente también se remonta al obispo San Nicolás mencionado en el apartado anterior. Su llegada a Estados Unidos, donde se amalgaría el personaje a como lo conocemos ahora, comenzó cuando, siguiendo este artículo: “Un grupo de emigrantes holandeses localizados en Norteamérica fundaron Nueva Holanda, que más tarde se denominaría Nueva York al pasar a manos inglesas. Esos emigrantes holandeses se trajeron con ellos a su San Nicolás.” En 1809, el escritor Washington Irving daría un resurgimiento a este personaje con su obra Una historia de Nueva York, en la que describiría la llegada de San Nicolás sin el atavío de obispo y con un traje verde.
En 1823, el poeta y pastor protestante, Clement C. Moore, escribiría el poema conocido hoy como “The Night Before Christmas” ensalzando la magia del personaje retratado por Irving. Aquí es donde se sitúa la llegada de Santa Claus en la víspera de Navidad, aparecen ya los ocho renos y su físico distinguible.
Más tarde, mientras comienza a delinearse la figura del Padre de la Navidad, Santa Claus aparece con trajes de diferentes colores hasta que, gracias a una postal de Navidad de 1885 en la que aparece de rojo, encuentra en este color su popularidad. Sin embargo, es el 3 de enero de 1863 cuando el caricaturista Thomas Nast inmortaliza su imagen como la conocemos ahora.
Así, conocido también como San Nicolás, Papá Noel y Kris Krangler, en algunos países no llega solo, sino que lo acompañan personajes durante su misión decembrina: Belsnickle y Knecht Ruprecht en algunas regiones alemanas, Hans Trapp y Père Fouettard en Francia, o el temible Krampus, del alemán “krampen” (garra) que, en Europa Central, llega la noche del 5 de diciembre sin otro propósito salvo el de castigar a los niños mal portados, vaya, hasta el año pasado estrenó película.