Zoom en Santiago Echeverry
Al buen espectador…
Tamara Almazán
"Crecí en Bogotá, Colombia, una ciudad donde la mafia estaba explotando edificios y asesinando personas con drogas y bombas; El SIDA estaba matando a mis amigos y escuadrones de la muerte amenazaban mi vida por ser abiertamente gay. En vez de buscar refugio, me convertí en un muy visible artista New Media, promoviendo un cambio en mis alrededores a través del video arte, documentales, presentaciones y activismo político."
Primer cuadro.
Te sientas hasta adelante en el auditorio, sabes que hay un tal festival que se hace llamar Ctrl+Ñ, que, en el marco de éste, un artista colombiano ha venido a impartir una conferencia. Tienes una idea vaga de lo que verás porque estuviste presente en las pruebas de audio y video. Te sientas y prendes tu videocámara estándar para guardar algún registro.

“LA VIE EN ROSE es un video experimental creado con el sensor Kinect y el programa Processing. La cámara se convierte en proveedora de información numérica espacial. Temáticamente, se explora la manera fachista como los homosexuales somos percibidos, usando elementos visuales a los que llamo «porntillismo».”
Segundo cuadro.
Se sube al templete, sin algún preludio inicia su conversación y, al mismo tiempo, a hablar sobre tecnología. Dice que se trata de una descontextualización. Pide una botella de agua y se moja con el líquido que la contiene. Desvías la vista de la imagen de la cámara, algo te dice que no saldrás siendo el mismo. Es Santiago Echeverry, artista de Nuevos Medios.
Tercer cuadro.
Todo es silencio y sólo escuchas su voz, cuyas palabras recorren la historia de la imagen desde hace trece mil años; camera obscura; escala; sombras; tiempo, interactividad, como si vieras el documental mejor creado o presenciaras la TED Talk a la que jamás has asistido. Santiago se desliza en tiempo y espacio con una belleza fluida como sus obras. Fluida, sí, pero a punto de colapsar.
Cuarto cuadro.
Palabras que hieren y que reconfigura. Piensas en “They live”, cinta de Carpenter que un artista ha citado hace exactamente una hora, mientras observas en su obra los resultados de la maleabilidad. Cuerpos en movimientos que adquieren diferentes formas y dimensiones. Historias a partir de la cámara Kinect
. La Vie en Rose. Te conmocionas y no recuerdas haberte sentido así desde la última exposición, sobre uno de tus temas predilectos, que visitaste a inicios de año. Piensas o, más bien, sientes.Quinto cuadro.
Homofobia. Injusticia. Colombia. Sociedad. Talento. Admiración. Cruzan por tu cabeza mientras te ves, junto con otras personas, en la pantalla de proyección. Tu cuerpo ya no es cuerpo, sino uno de los tantos cuerpos fragmentados; un elemento más de la tecnología, efímero, inasible, que está por desvanecerse.
Sexto cuadro.
Aplausos y entes saliendo del auditorio sabiendo que algo ha cambiado.
Santiago Echeverry es egresado de la primera promoción de la Carrera de Cine y Televisión de la Universidad Nacional de Colombia, además, pionero en su país del video arte, el performance, el activismo y la defensa de los derechos LGBTI.
Su obra se caracteriza por una fuerte y constante carga de crítica social hacia el entorno en el que se desenvuelve: discriminación, rechazo, violencia.
Desde muy temprano se dedicó a la exploración de las posibilidades creativas del video, la performancia y las tecnologías digitales, exhibiendo sus obras desde 1989. En 1995 obtuvo la beca Fulbright y recibió su Maestría en Telecomunicaciones Interactivas en NYU. Se especializó en producción y programación de sitios web y desde entonces se ha dedicado a diseñar proyectos en línea profesional y artísticamente. Reside en los EEUU desde 2003, en donde se ha concentrado principalmente en el desarrollo de videos e instalaciones interactivas, participando en festivales internacionales tales como Siggraph, FILE y el Japan Media Arts Festival, entre otros. Actualmente es Profesor Asociado de Arte Digital en la Universidad de Tampa, en la Florida, y Profesor Visitante en la Especialización en Creación Multimedia de la Universidad de Los Andes, en Bogotá.