¿Qué onda con tu texto? O lo que el mexicano quiere decir (Parte 2)
Al buen espectador…
Tamara Almazán
México es un divertido y entretenido referente de expresiones idiomáticas, refranes, modismos y convenciones. De hecho, su uso delata mucho de la personalidad del mexicano. ¿Cuándo surgieron? ¿Dónde está el origen? Esta es la segunda entrega de algunas de las expresiones más comunes. Si se perdieron la primera parte, pueden leerla aquí:
En 1716, el jurista Francisco Javier Gamboa ya hablaba de los mexicanismos en los Comentarios a las ordenanzas de minas y, cien años después, el escritor Fernández de Lizardi daba una cuenta vasta de convencionalismos en su glosario de El Periquillo Sarniento.
Lo innegable es que, todos los días, somos hablantes y escuchas de expresiones que reflejan varios aspectos del país y de los mexicanos: encantadores para muchos, exasperantes para otros tantos.
Chisme
Del griego σχίσμα “escisión, separación” llegó al latín, en este caso, el español mexicano no presenta alguna diferencia con la primera definición del DRAE: “Noticia verdadera o falsa, o comentario con que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna.”. Así, es pan de cada día escuchar por la calle expresiones como: “puro chisme”, «cuenta el chisme», «es que se la pasan en el chisme».
¿Neta? ¡Neta!
Teniendo su origen en la voz latina nitĭdus ‘brillante’, ‘limpio, puro’, que evolucionó al catalán o francés “net” o del italiano “netto” y, a su vez, nosotros lo tomamos como préstamo, el significado principal es el mismo que el original en latín. Por ampliación semántica, en el español de México ha llegado a significar la verdad o lo cierto(1). Ejemplo: ¿Neta dijo eso? / Dime la neta.
¿Van a venir, carnales?
Del latín carnālis, la voz “carnal” es un adjetivo “Perteneciente o relativo a la carne.” e, incluso, en uno de sus usos aparece ejemplificado como “hermano/na carnal” para referirse a una persona que tiene el mismo padre y la misma madre que otra. En “carnal” (carnala o carnales), la forma original adjetiva cambió a forma sustantiva para, además de los hermanos, poderse referir a un amigo/a como carnal/a.
Esta ampliación semántica se puede atribuir a causas sociales por la personalidad cálida del mexicano.
¡Órale!
Es el resultado de un proceso por el que la forma adverbial “ahora” se une al sufijo –le, siguiendo como modelo las interjecciones del náhuatl como “áxcale”, en el que esta última podría ser el antecedente directo del “órale” actual, pues era empleada para “llamar la atención, denotar sorpresa, aceptación o conformidad con un hecho o aprobación de un hecho o constatación o afirmación que está ocurriendo.” *
Como vemos, un sentido muy similar al uso actual reconocido.
Ahorita lo hago…
Sin duda, una de mis palabras favoritas por su encantador uso, “ahorita” es resultado de la formación de diminutivos al unirse el adverbio “ahora” con el sufijo –ita.
Siendo reconocido el diminutivo como habitual en nuestro país, las causas atribuibles van desde afectivas, sumisión, dudas y religiosidad, hasta herencia del náhuatl. En el caso concreto del “ahorita”, cuyo significado(2) bien puede tener antecedentes religiosos y de sumisión, es decir, causas históricas, su empleo actual responde a la misma personalidad del mexicano de matizar las situaciones a las que se enfrenta, así, no es necesario dar un rotundo “no” que, en el imaginario mexicano, pudiera ofender o incomodar al receptor, y es preferible reemplazarlo por un “ahorita” cuya gama de significados puede ir desde “en un momento” hasta “nunca”, y no puede estar más lejos de la acepción original ‘en esta hora” Ejemplo: Ahorita lo hago / ahorita voy / ¿Quieres? …ahorita.