Enreversado

Hace más de un año la dejaron en mi mesa,
Radeon dual graphics y la mejor paquetería.
La belleza de su oscuro hardware parecía
encubrirme su diabólica naturaleza.

De su poder y velocidad fui fácil presa,
como tantas cosas a la mano conseguía:
Wikipedia, YouTube, una nueva Alejandría…
Y, poco a poco, ella mandaba en mi cabeza.

Hoy, sé que moriré sin tener nunca más sueño.
Las noches desaparece el botón de apagado
y de sus bocinas emana un suave beleño.

Veo una zona de la Red que nadie ha navegado;
mis manos ruedan el mouse sin sentido y sin dueño.
¡Si escribiera un último mensaje en el teclado…!

Estuardo H. Rendón