Ingmar Bergman: Tres obras maestras del director más grande de la historia del cine
Considerado uno de los más grandes directores de la historia del cine, Ingmar Bergman trajo (según expertos en el tema) al mundo del cine, del teatro y de la televisión multitud de obras maestras.
Nacido en Upsala, Suecia, el 14 de julio de 1918, fue el segundo hijo de un pastor luterano, motivo por el que el mundo metafísico de la religión tuvo una presencia fundamental en su infancia y sus obras. Licenciado en Letras e Historia del Arte, encontró en el teatro y el cine medios para expresarse y centrar su potencial creativo. A inicios de los 40 comienza a trabajar como guionista y, en 1944, Alf Sjöberg dirige ‘Tortura’, con libreto de Bergman. Fue entonces cuando conoció al productor Victor Sjöström, que no tardaría en fijarse en el joven sueco y lo apoyaría en el inicio de una carrera incomparable.
Sí quieres aprovechar estos días disfrutando de alguna de las películas más legendarias, profundas y complejas de la historia del cine aquí te seleccionamos tres de ellas que puedes disfrutar gratuitamente en Youtube, ¿has visto todas?
El séptimo sello (1957)
Esta cinta es considerada una obra maestra del cine a nivel mundial, en la que manifiesta todos sus dilemas metafísicos y religiosos. Ambientada en el siglo XIV. La historia es Antonius Block, caballero sueco que, junto a su escudero, regresa después de 10 años a su pueblo que ahora se encuentra bajo el azote de la peste y de la ignorancia. La Muerte aparece soberana, pero el caballero la reta a una partida de ajedrez en la que no solo está en juego su vida, sino que también asoman sus sentimientos sobre la religión y la humanidad. Las escenas de la confrontación son memorables, serenas y trascendentes.
A modo de tablero de ajedrez, la película combina los blancos y los negros en armonías altamente simbólicas de gran belleza. En un ambiente agobiante se muestra la teatralidad en la que la muerte se desenvuelve, a través de la visión de una Europa en decadencia: el ocaso que acecha al hombre cuando ha buscado indagar por el sentido de su vida. Nos hace reflexionar sobre la vida como un juego contra la muerte, un juego en donde cuyo final está definido lo que importa no es el resultado sino la forma en que lo jugamos o llegamos el.
El mago/el rostro (1958)
La cinta está ambientada en Suecia, a mediados del siglo XIX. La historia sigue al doctor Vogler, un mago e hipnotizador que viaja acompañado de su pequeña compañia teatral, una anciana bruja, experta en pócimas de amor, y de su mujer y ayudante. Al pasar por una ciudad se convierten en el blanco de un comité encabezado por el cínico doctor Vergerus, un médico que le pide a Vogler una representación para poner a prueba los presuntos poderes del mentalista. La noche la pasarán en el hogar de uno de sus verificadores, sin embargo esta no será gloriosa para estos últimos.
Es un film asentado en el dilema de la apariencia, la verdad y el equívoco, una apariencia condicionante de las composturas de uno mismo y de los que le rodean. El vago y variable rostro de la muerte, del amor, de la vida, del deseo, del conocimiento, de la familia, del miedo, del individuo… en un seductor recorrido nocturno repleto de idas y venidas, encuentros y confrontación de criterios. confeccionan una hipnótica historia de soluciones enigmáticas…
Persona (1966)
Con esta reconocida película el cineasta sueco consiguió una de las cumbres de su filmografía. Protagonizada por Bibi Andersson y Liv Ullmann, el largometraje cuenta la historia de una joven enfermera llamada Alma y su paciente, la conocida actriz de teatro Elisabet Vogler (Ullmann) quien, sin razón, ha dejado de hablar.
Un día Elisabeth es hospitalizada tras perder la voz durante una representación en las tablas de la tragedia griega Electra, de Sófocles. Después de ser sometida a una serie de pruebas, el diagnóstico es alentador. Es seguro que recuperará el habla. Sin embargo, como sigue muda, debe permanecer bajo los cuidados de la clínica.
Con esta cinta Bergman ilustra el proceso de vampirización de una enfermera por parte de la actriz a la que cuida e inaugura los llamados dramas humanos, centrados más en la búsqueda filosófica de conceptos que en las motivaciones mentales de nuestros actos. Filmada en blanco y negro, la obra convierte los problemas psicológicos planteados por su director en reflexiones metafísicas sobre nuestra identidad.