De entre el bullicio, utopías

Zuri Grace Bretón

¿Cuándo se ha sabido de una revolución social que se logre con un campamento vacío por las noches, donde se sirve café en la mañana y tortas por la tarde, patrocinado por un porcentaje mínimo de la clase empresarial?

Bueno, parece que los integrantes del Frente Nacional Anti-Amlo, FRENAAA, son bastante vanguardistas y visionarios. Pues, según sus propias declaraciones, tienen amplia confianza de que lo lograrán y que el presidente con mayor aprobación de los últimos años (sin que esto signifique necesariamente buenos resultados), dimitirá antes del próximo 30 de noviembre.

Ante la incredulidad de muchos, FRENAAA, logra 12 días de plantón, ahora instalados en la plancha del Zócalo, que no luce ni a la mitad de su capacidad. Y si bien, Gilberto Lozano, líder del movimiento, asegura que se trata de una protesta apartidista y amplia, no hay mucha diversidad en las consignas del grupo conservador. Según reporteros que han visitado la protesta, mientras una porción de ellos reza Aves Marías por el bien de la nación, otros mantienen un discurso bastante uniforme donde constantemente se escuchan las palabras “socialismo”, “Cuba”, “Venezuela” o “dictador”.

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¿La respuesta de López Obrador? Garantizar su seguridad y desearles que «ojalá se queden un tiempo suficiente, que no sea nada más efímero de unos cuantos días». Por supuesto que esas son las palabras de un presidente que se sabe intocable por este movimiento. Es lo equivalente a poner un repelente de mosquitos en la casa y esperar a que los molestos, pero inofensivos inquilinos se alejen poco a poco.

Es más, no sólo resulta risible la manifestación para el ejecutivo, sino que le es hasta beneficiosa, pues en el juego del poder, una oposición débil implica la legitimación del gobierno. Es decir, a través de sus demandas, que vienen desde una posición privilegiada y sus argumentos sin fondo, le dan publicidad positiva, pues para sus principales adeptos esto se traduce de una sola manera; “El presidente está incomodando a quienes siempre lo han tenido todo”.

Mientras tanto, las críticas y exigencias legítimas se diluyen dentro de la simulación de oposición que implica este acto por parte de FRENAAA, o bien, aprovechando que a través de sus conferencias matutinas, López Obrador es quien marca la agenda pública, los verdaderos cuestionamientos sobre asuntos coyunturales son desacreditados y subestimados sistemáticamente bajo la ya conocida etiqueta de complot.

El caso es que, cualquiera que sea la estrategia que emplee la 4T, la imagen de la presidencia es casi intocable y los últimos reportes de las encuestas Mitofsky demuestran que pese a la crisis económica y el aumento de los índices de violencia de género en todo el país, la aprobación de la gestión de AMLO tras dos años de gobierno es del 54% (resultado de Agosto). Cuatro puntos por encima del mes anterior y tan sólo nueve puntos por debajo del histórico 63% que ostentaba a finales de 2018 cuando era aún presidente electo.

Y sin embargo, se sigue respirando un ambiente de gran polarización e inestabilidad social. Tan sólo del pasado sábado 26 al lunes 28 de septiembre, la CDMX estelarizó marchas con enfrentamientos civiles y policiacos, prácticamente a diario.

Cartón Caricatura

El sábado, los gritos de los manifestantes exigían justicia en el sexto aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Los familiares de las víctimas encabezaron la marcha, exigiendo que se agilicen las investigaciones. Al ya tradicional y muy emotivo pase de lista, este año se le sumó el acto simbólico de rebautizar las calles del centro histórico usando estampas con los nombres de los estudiantes sobre las usuales placas. Debajo de sus nombres rezan los lemas: “Nos siguen faltando” y “43 motivos para seguir”.

El lunes 28, los hechos fueron protagonizados por bloques de colectivos feministas, cuyo avance hacia el Zócalo fue frustrado con represión policiaca a la altura de Juárez y Balderas. Con motivo del #28S, Día de Acción Global por el acceso al Aborto Legal y Seguro, las manifestantes trataban de abrirse paso, sin embargo, fueron encapsuladas por más de tres horas, tiempo en el que se dieron enfrentamientos entre golpes, bombas molotov y gas lacrimógeno.

Cartón Caricatura

Claro que la intensa movilización feminista del pasado lunes no responde únicamente a la legítima exigencia de despenalización del aborto en todo el país (ya que únicamente en dos de las treinta y dos entidades federativas se ha logrado), sino que en últimos días se ha avivado el movimiento en respuesta a un nuevo caso de feminicidio que cobra notoriedad nacional: Jessica González, de 21 años, se suma a las 156 mujeres asesinadas en lo que va del año tan sólo en el estado de Michoacán.

Y aunque la nueva normalidad no parece traer consigo conciliación, ni mucho menos una mejora de las profundas problemáticas que se padecen en nuestro país, por lo menos hay un halo de esperanza; pues mientras estas líneas se escriben, surge la noticia de que el presunto feminicida de Jessica fue capturado en Morelia, producto de la presión mediática y la acción colectiva ejercida en las “benditas redes sociales”.

 

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