Alguien alguna vez me dijo que dolores así, como de una muela, una mano o espalda, son necesarios para entender algo, encontrar alguna enseñanza o significado oculto en la cotidianidad rampante...
"Los techos bajos y las paredes estrechas trajeron hacia mí, con la simpleza y necedad del aire enfrascado en una pequeña joyería de un pueblo por demás católico, una ajena y truncada conversación.
Sin ser algo nuevo pero sí de novedad por la relevancia que han tenido en el ámbito político y social a nivel mundial, las ahora llamadas fake news, engendro del humano con las peores y más viles intenciones, son tan temibles como imposibles de evitar o, siquiera, controlar.
Las noticias corren como los ríos de sangre en cualquier rincón del país. El mismo que se hunde entre injusticias, spots y mentiras de las campañas presidenciales.
Escuché por ahí, con los de siempre, que no hay malas ni buenas señales, solo señales, así a secas, que no se puede andar cargando pa’ un lado la vida, ni para bien ni para mal.
Hay películas que desvelan realidades crudas que se hallaban ocultas entre parajes falsos, creados a base de, un tanto, comprar la excelente imagen pública que nos venden, y otro tanto, idolatría ciega, esta última, propia y de otros.
Partidos, conciertos, fenómenos naturales, sucesos históricos, acontecimientos especiales, todo a través del celular. Por qué elegimos vivir a través de la pantalla. ¿Se ve más atractivo desde el otro lado del cristal? ¿Hay algo que simular? Parece que una vida (la propia) no...